Vive con su niña discapacitada de tres años. La vivienda es de la familia del padre de uno de sus hijos. Asegura que “se fueron a vivir a San Luis y otros a 25 de Mayo y la dejaron abandonada”.
Anabela contó que “el domingo a las 9 de la mañana me metí en esta casa que estaba vacía. El dueño vive en San Luis y se fue hace tres años. Hace un año se fue la mujer, a vivir a 25 de Mayo. Estaba el pibe, pero ahora se fue a San Luis con el padre”.
“La estaban ocupando con los pibes del barrio y la usaban para la joda. Yo tengo una hija con hipotonía (bajo tono muscular o la debilidad muscular), estaba alquilando en Villa Parque, pero no tenía ni calefacción. Fui al IPAV, presenté el Certificado de Discapacidad de mi hija de tres años. Ya conocen mi situación. Además, desde Salud del barrio Aeropuerto armaron una nota para que me reciban y me ayuden”, indicó.
Además, contó que “tuve un hijo con el pibe que vivía acá. Él se fue a vivir a 25 de Mayo. Mi hijo se fue a vivir con él. Yo me quedé con mi hija discapacitada, que es como una bebé gelatina, necesita atención permanente para todos”.
La vivienda se encuentra en Tomas Masson y pasaje sin nombre, detrás de la Seccional Segunda. Al lado, vive la madre de Anabela.
“Por el frío me vine unos días a los de mi mamá, y vi quela casa estaba abandonada. Y la ocupé yo antes de que la ocupara otra persona. Si no lo hacía yo, lo iba a hacer alguien más. La casa estaba sola y todos sabemos que, si dejas una casa sola, es porque no la necesitas”, relató.
Explicó que “yo cobro una pensión de 190 mil pesos y en marzo tuve que dejar de trabajar porque la atención permanente de mi hija me impide trabajar. Tuve que dejar el trabajo porque ya nadie me podía cuidar la nena todo el tiempo necesario”.
“Yo me meto a la casa, y está en total estado de abandono. Tiene mucha mugre y no le entra una cucaracha más. Estoy limpiando con lavandina desde el domingo. Traje una cama y estoy durmiendo con las cucarachas. A mi hija la tengo acá al lado en lo de mi mamá”, añadió.
“Yo sé que está mal, pero es una manera de pedirle al IPAV que me escuchen. La situación me obligó a meterme acá. Necesito que me ayuden, esta casa no tiene calefactor y tiene muchos bichos”, finalizó.
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